Según el Ministerio de Industria turco, que anunció la inversión el miércoles, Chery construirá una nueva fábrica en Samsun, Turquía, para producir vehículos eléctricos y sus componentes. Se espera que la capacidad de producción anual de la fábrica sea de 200.000 vehículos.

La inversión es de gran importancia para el gobierno turco. Recientemente, el gobierno turco ha enfrentado una semana de protestas en el país y la fuga de capital extranjero en el proceso de represión de la oposición. Turquía lleva muchos años intentando aprovechar su ventaja geográfica que conecta Asia y Europa para impulsar el desarrollo de su industria manufacturera nacional.

Según el anuncio del Ministerio de Industria turco, el proyecto también incluye un centro de investigación y desarrollo y se espera que cree 5.000 puestos de trabajo.

La implantación de Chery en Turquía ampliará la influencia de los fabricantes de automóviles chinos en el país, que se está convirtiendo gradualmente en un centro de exportación de automóviles a Europa. BYD, uno de los mayores fabricantes de coches eléctricos del mundo, anunció el año pasado que invertiría 1.000 millones de dólares en una fábrica en Turquía para eludir los aranceles de la UE. Aunque Turquía no es miembro de la Unión Europea, tiene un acuerdo aduanero con ella.

Según una persona familiarizada con el asunto, el gobierno turco ha asignado 1,5 millones de metros cuadrados de terreno para el proyecto Chery y ambas partes llevan negociando aproximadamente un año. Esta persona también afirmó que la ubicación de la fábrica de Samsun es estratégica para las exportaciones a Europa y Asia Central.

Turquía también es un mercado importante para los vehículos eléctricos, que representaron el 11 % de las ventas de automóviles nuevos del país el año pasado. La firma de investigación BMI predice que para 2032, los vehículos eléctricos representarán aproximadamente el 30 % de las ventas de automóviles nuevos en Turquía.